¿Tiene que ser ahora?.

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Los hombres suelen quejarse de que las mujeres quieren que las cosas se hagan cuándo y cómo ellas quieren; y lo cierto es que las cosas deben hacerse de alguna manera y en algún momento, pero… ¿tiene que ser ahora?

Veamos el caso de Doña “Tienequeserahora”.

  • ¡Cariño! Nos hemos quedado sin comida para Lalapussi (la perrita de la casa) –grita ella desde la cocina- ¿Te importaría acercarte por una latas al veterinario?
  • Lo traigo el lunes a la vuelta del trabajo –contesta él mirando la tele desde el sofá,
  • Es que solo tiene para esta noche y mañana, el domingo ya no tiene nada, pobre – le responde ella aún desde la cocina.
  • Bueno le damos alguna cosa nuestra. Por un día no se va a morir –responde él.
  • Ya sabes lo que dijo el veterinario –dice ella acercándose al salón- Tiene que comer lo suyo, porque si no, se estriñe.
  • Cariño; es solo un día –contesta él mientras mira la tele.
  • Bueno, si no quieres ir tú, voy yo – dice ella girándose molesta para irse.
  • Ana, (o Lucía, o María, o Socorro)- dice él poniéndose en pié- . La tienda está a quince quilómetros, está diluviando y me va a pillar un atasco en la salida a la autovía. Igual me pego una hora y media y quiero ver el partido a las nueve. ¿No podemos hacer un poco de pasta hervida con una latita de bonito? ¡Esa comida le encantaba! ¡Yo se la preparo!
  • ¡El mes pasado saliste con una tormenta de granizo y ni te lo pensaste!
  • ¡Cariño! ¡Tenía que ir al aeropuerto a recoger a mi hermano que venía de Australia después de cinco años sin verlo! –responde él azorado.
  • ¡Sí, pero llovía más que ahora!–dice ella molesta.

    Él se levanta del sofá, se calza, se dirige a la puerta, coge el abrigo, el paraguas, las llaves y sale de casa dando un portazo. Cuando está a punto de subirse al coche, su mujer le grita desde la ventana.

  • ¡De camino tráeme toallitas desmaquillantes!

Todo lo que pueda ocurrir a partir de aquí, no depende del amor que él sienta por ella, sino de la paciencia, la ternura y el humor (que es lo que evitará que el protagonista de esta historia, además, asesine a Lalapussi).

Las mujeres  detestan que lo anunciado no suceda exactamente cuando se anunció, lo que falta no se suministre de inmediato, lo que está roto no se reparare ipso facto, lo prometido no se cumpla en tiempo, las fechas no se memoricen y los cambios implementados no se noten. No está mal. En el fondo esas exigencias son absolutamente razonable para el buen funcionamiento de cualquier… fábrica. Pero  ninguna persona se  va a vivir con otra para generar  procesos de transformación de ideas en servicios útiles. La vida en común con alguien no puede tener los mismos  propósitos que una empresa.

Hay muy pocas cosas urgentes en la vida, y las que lo son, son siempre molestas.

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