Hijo de puta el que no piensa como yo

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Vivimos en la época de adhesiones extremas; conmigo o contra mí. La dictadura militar   Argentina del 76 difundió lo que en su día era una amenaza terrible y ahora es un eslogan estupendo para reclamar adeptos:

“Primero acabaremos con los opositores, después con quienes les apoyan y finalmente con los indiferentes”.

Los demandantes de hoy en día no solo se indignan con sus impugnadores sino además con quienes no muestran adhesión a sus demandas. “Hijo de puta el que no piensa como yo y el  que me ignora”. Quien no quiera ser A será B sí o sí. Ya no hay siquiera el consuelo de ser un desubicado. No te salva ni el Alzheimer, aunque tú no sepas quién eres, ellos sabrán lo que piensas. No hay escapatoria
A cada época le toca su fanatismo, pero a ésta parece haberle tocado todos: Depilados hasta los pelos del culo o tatuados hasta el escroto y con barbas hasta el pecho. Viva la diversidad siempre y cuando sea de extremos. Toda reivindicación ha de generar estupor. Todo posicionamiento ha de ser feroz. El otro tiene que salir escarmentado de su opinión contraria o de su indiferencia. El proselitista no tiene ningún interés en dar a conocer las ideas que sustentan sus convicciones. No quiere convencerte, sino que te enteres de una puta vez. Y después, si es posible, crucificarte boca abajo.
Si como dicen Gracián y Montaigne; “No hay inteligencia sin prudencia” y “Sin recato no hay civismo”, estamos en la cota máxima de gilipollas fanáticos de toda nuestra historia. Hay demasiada gente muy convencida de saber quiénes son los malos, los buenos, los justos, pero sobre todo, los equivocados. Lo peligroso de estos «reivindicadores» es que no se contentan con que se reconozcan sus reivindicaciones sino que anhelan la destrucción del que no quiere ser igual a ellos.
“LESBIANIZATE” escribía en la fachada de una iglesia con un aerosol una chica joven de aspecto prehistórico en una protesta feminista. Esa pintada resume toda la filosofía de estos nuevos demandantes: SÉ COMO YO».

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2 thoughts on “Hijo de puta el que no piensa como yo

  1. Hay extremos difusos
    De un lado los que tienen y gozan de todos los derechos… hasta la impunidad, y del otro los tienen que luchar para que no les arrebaten los pocos que les quedan

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