Fortalecer la desmemoria

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El hombre tiende a ser negligente con las cosas que el juzga “menores”, qué ¿Cuáles son esas cosas? Pues casi todas; los únicos hombres que responden con urgencia a algo, son los bomberos, el resto piensa la vida conyugal no es un incendio  o ¿Sí?

 Veamos el caso de Don “Meolvidéotravez”

  • ¿Te acordaste de traer la bombilla del lavadero? –pregunta ella.
  • Tranquila cariño, que mañana la compro sin falta.
  • Ya llevamos una semana sin luz allí, -responde ella.
  • No te preocupes que mañana, apenas salga de la oficina, la compro.

Al día siguiente.

  • Hola cariño –dice él al entrar a casa.
  • ¿Has comprado la lámpara? –pregunta ella apenas lo ve.
  • ¡Joder! –responde él muy molesto-. Apenas he abierto la puerta y en vez de saludarme y preguntarme que tal me ha ido el día, ¡Me preguntas si he comprado la bombilla!
  • Lo siento –dice ella acercándose y dándole un beso- ¿Qué tal tu día?
  • ¡Una locura! – responde él arrojando el maletín al suelo y colgando el abrigo en el pechero-. He tenido que comer en veinte minutos, ¿y sabes qué?
  • ¿Qué? –pregunta ella concernida.
  • Con todo el follón me olvidé de comprar la bombilla otra vez.

     Todo lo que puede ocurrir a partir de aquí, no depende del amor que ella sienta por él, sino de la aceptación de que los hombres no tienen todas la luces que debieran para iluminar muchas zonas oscuras que hay en una relación, además de olvidarse de cambiar las bombillas que se van fundiendo.Los hombres olvidan todo; incluso cuando apuntan las cosas se olvidan de llevarse la nota; y si se la llevan la pierden;  y si no la pierden se olvidan de leerla;  y si la leen, como transcurran más de tres minutos, olvidan que la leyeron. Ninguna mujer estará tranquila si no sabe si su pareja regresará a casa con el encargo que se llevó, sobre todo si el encargo era que recogiera la tarta de cumpleaños el mismo día de la celebración. ¡O los niños del colegio!

Como dice Laurence Cornú; La confianza es una hipótesis sobre la conducta futura del otro que consiste en no inquietarse del no-control del otro y del tiempo.

    Y, la confianza en la pareja no te la das tú a ti mismo, te la otorga  el otro cuando sabe que puede confiar en ti. (Esto no lo dice Laurence Cornú, sino los  tres mil seiscientos millones de mujeres que viven en la tierra. Incluyendo tu pareja, claro)

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