Cuando uno vive en un lugar en el que hace mucho frío en invierno y mucho calor en verano, suceden respuestas térmicas extremas en un sentido opuesto. Con lo que conseguimos que; en invierno pasemos de 5º en las calles a 38º en los comercios y edificios públicos, y en verano a la inversa.
Uno es uno y su termostato
