Solo me falta hablar, dices. Si yo pudiera hablar, te diría: ¿Qué estás haciendo con tu vida? ¿Por qué no te provees de una compañía interesante; así no tendrías que retener en un piso diminuto un perro que se harta de gemir, aullar y ladrar horas y horas , a cambio de compensarlo con algunos arrumacos y paseos escuetos un par de veces al día? ¿Por qué no te esfuerzas en tener una vida lo suficientemente interesante como para que mi
Carta de un perro a su humano de compañia
