Dos amigas de toda la vida se encontraron después de algunos años sin verse. Ambas se habían divorciado. En un momento de la conversación una le preguntó a la otra.
– ¿Alguna vez te acuerdas te tu ex?
– Claro; con frecuencia. Tengo muchos recuerdos con él.
– ¿Y qué sientes?
– Tristeza, casi siempre. Nos amamos mucho, no me puedo olvidar de eso. Y tú; ¿te acuerdas de tu ex?
– ¿¡Yo!? ¿De ese hijo de puta? ¡Siempre! –respondió revolviéndose en la
silla-. Me jodió la vida. Le descubrí por el móvil que se estaba follando a una tía. ¡Después de diez años juntos¡ Fue muy duro, intenté arreglarlo pero al final todo se fue a la mierda. Ya sabes cómo son los cabrones de los tíos. ¿Y, tú por qué te separaste?
– Bueno, la verdad es que fue muy parecido a lo tuyo; también le descubrí por el móvil que estaba teniendo una historia con alguien. El me juró que no era nada significativo, pero es muy difícil reconstruir la confianza. Y la verdad es que al principio lo intentamos, pero él se fue alejando físicamente de mí. Casi no hacíamos el amor. Hice todo lo que pude para arreglar la relación, pero él estaba posiblemente jodido por la culpa; también me quería mucho, y yo empecé a revirarme, al final él no fue capaz de remontar. Ni yo de olvidar.
– ¡Pero chica! ¡No entiendo cómo puedes hablar así del cabrón que te metió los cuernos!
– Yo no hablo así del hombre que me puso los cuernos, como dices tú; hablo así del hombre que más amé, y que me amó.
– Pues yo no puedo olvidarme ni un solo día del hijo de puta de mi ex. Lo odio con todas mis fuerzas.
– Siento que te hayas casado con un hombre al que nunca amaste. Seguramente él esté bastante mejor que tú ahora.
– Pues sí, el cabrón está con la tía con la que lo pillé –respondió algo molesta y sorprendida la amiga, y seguidamente preguntó- ¡Oye pero tú cómo sabes si yo estaba enamorada!
– Porque cuando has amado a alguien de verdad, no lo puedes odiar aunque te lo propongas. Lo amarás siempre.
– Pues yo lo amé con locura, aunque tú no lo creas; sin embargo me arrepiento de haberlo conocido. Porque fue él que me traicionó.
– Pues yo sí que amé con locura a mi ex, y aunque tú no lo creas, de lo que me arrepiento cada día, fue de haberle mirado el móvil.