Se entiende por evolución al proceso de adaptación progresiva a una realidad que puede ser progresiva, o no, pero que, en cualquier caso, el tiempo juega un papel determinante para introyectar  los diversos estados transicionales.  No es lo mismo que con el paso de los siglos una persona se transforme en una cucaracha, a que de la noche al día se despierte siéndolo. El el primer caso podría llegar a ser una cucaracha feliz, en el segundo lo mas seguro es que sea una cucaracha angustiada

Dicho eso, en la vorágine transicional actual llena de infinitas propuestas,  los “cambios adaptativos». han sido sustituidos por “implantes adaptativos»  mediante los cuales una idea, pensamiento o acción ingresa en los individuos como una pieza artificial que se implanta quirúrgicamente en un ser vivo, generalmente para sustituir algo verdadero que falló.

Las nuevas tecnologías, ponen en la mente de los jóvenes (a veces niños) cosas para las que no están preparados, obligándolos a adaptarse a una realidad que no muestra (ni contempla) “las secuencias evolutivas” sino una representación puntual de algo sin origen ni causa. Sustituyendo el indispensable proceso de “ir hacia” (evolucionar) por la transportación sin “camino”

Hay ya una generación que tiene amigos a los que nunca han visto en persona, habla con familiaridad de lugares en los que nunca ha estado y admira enormemente personajes de los que solo conocen lo que otros alaban. Una realidad sintética en la que es más importante la representación, o sea, la foto antes que el lugar; el soporte antes que el mensaje, y lo impactante como argumento y explicación.

Para esa generación lo real está en el chat, en Google, en YouTube, en Facebook y en Instagram; en su conjunto; la representación sintética de la humanidad. En ese entorno, los jóvenes han desarrollado una extraordinaria capacidad de síntesis que les permite expresar rápidamente y con claridad sus deseos y sus preferencias en «una realidad sin cuerpo que ha sido sustituida por emoticonos».

Los que solo tienen su cuerpo como soporte y expresión de la vida, los que han vivido y brillado en otros cuerpos, configuran una multitud de segregados que la realidad sintética ha convertido en cucarachas de la noche a la mañana.
La última generación le arroja emoticonos con forma de manzanas para espantarlos.