Fabricando calzonazos

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(De mi libro: Los hombres que hacen falta)

Apreciado lector: a continuación te voy a reproducir lo que probablemente represente en su conjunto el identikit más fidedigno de un tipo de mujer que debes evitar en tu vida como pareja y si puedes como compañera en el ascensor. Mezquina y llena de codiciosas exigencias con el mundo que las rodea pero sobre todo con sus parejas, estas mujeres, son mucho más común de lo que te imaginas, y aunque no te lo creas muchas tienen cara de rubia. Son:   Las creadoras de calzonazos.

Los disparates que estas a punto de leer y sobre los que yo me he tomado la libertad de opinar, provienen de la Redacción de ENFEMENINO. Fue publicado el 2 de octubre de 2014. No tiene desperdicio.  Son solo una muestra. Hay decenas de miles de artículos similares en otras publicaciones en las que “éste” tipo de mujeres dicen cómo les gustan los esclavos.

-Nuestros novios se convierten siempre en nuestros mejores amigos confidentes y, por supuesto, amantes. –Comienza diciendo el artículo-   Pero hay veces que podrían esforzarse un poco más. De acuerdo que una relación hay que cuidarla entre dos y todos los puntos siguientes nos los podemos aplicar a nosotras también, pero vamos a asumir que ya lo hacemos (y si no, ¡toma nota!) y a enumerar las 22 cosas que los hombres deben saber de nosotras y de nuestros gustos y preferencias en una relación. ¡Compártelo para que todo el mundo se entere!

1-Nos gusta que se esfuercen.
Nos gusta que se esfuercen por complacernos igual que a nosotras nos gusta hacerlo con ellos. Llámanos para ver qué tal ha ido el día, escribe un mensaje bonito o planea algo especial para el aniversario. ¡Que no salga todo de una de las partes de la relación!

Conclusión: Cuando una mujer dice que le gusta que te esfuerces por complacerla, tienes que saber que jamás la complacerás. Que siempre te faltará “ese” detalle que ella esperaba y tú olvidaste. En una mujer exigente cabe con holgura una insoportable.

2-Nos gustan los detalles.
En la misma línea que lo anterior está este punto. Nadie pide joyas ni hoteles de cinco estrellas. Pero una cena romántica, un poco de chocolate o unas flores son una forma perfecta (y asequible) de que nos sintamos bien, y de mantener vivo el amor.

Conclusión: El demonio está en los detalles, y el infierno en aquellos que te olvides de tener con este tipo de histéricas.

3-Nos gusta la sinceridad.
Aunque duela, pero que los hombres sean sinceros siempre, porque cuando no es así lo intuimos y no hay nada peor que esa incertidumbre.

 Conclusión: A nadie le gusta que le duela nada. Mucho menos la sinceridad.

 4-Nos gusta la confianza, no la arrogancia
No hay nada menos sexy que el típico creído que piensa que con chasquear un dedo ya vamos a caer rendidas a sus pies. ¿Con qué mujer funciona algo así? Eso sí, nos encantan los hombres seguros de sí mismos.

Conclusión: Todos sabemos que cuando una mujer gusta a un hombre, éste puede ser el ser más arrogante de la tierra que ella se encargará de decir que es “alguien seguro de sí mismo”. Por el contrario alguien seguro de sí mismo que no se fije en una mujer puede fácilmente se catalogado de arrogante por ésta. 

 5-Nos gusta la madurez.
Queremos una persona a nuestro lado que sepamos que va a estar a la altura de cualquier circunstancia. Si tenemos un problema laboral, una boda a la que tenemos que asistir por compromiso o un familiar enfermo, nos encanta que nos muestren su apoyo de forma madura y estén a nuestro lado.

Conclusión: Un esclavo

6-Nos gustan los caballeros.
Nos gusta que los hombres sean caballerosos. Esto no significa que tengan que pagar cualquier cena, pero el hecho de acompañarnos hasta la puerta de casa, que nos dejen elegir donde sentarnos en el cine o en el restaurante o, por qué no, que se ofrezcan a pagar (aunque nosotras nos neguemos) nos encanta.

Conclusión: Un sirviente

7-Nos gusta ser su prioridad
Necesitamos sentir que somos más importantes que la Play Station o que un plan de fiesta con sus amigos. Eso no significa que no pueda jugar o divertirse con ellos, pero hay tiempo para todo y queremos sentirnos una prioridad en su vida.

Conclusión: Un tipo que juegue a la Play y tenga amigos no debería formar una pareja.

8-Nos gusta que se den cuenta de todo.
Si nos ponemos guapas para ellos, queremos que se den cuenta. Es así de simple. Nos gusta que se fijen en ese nuevo vestido, peinado o perfume… ¡Y si va acompañado de un piropo, mejor!

Conclusión: Un adulador.  Porque como se te ocurra decir que un perfume o un vestido no te gusta, tendrás un problema de cojones por ser sincero. ¿Te acuerdas de aquello que decía que quieren que tú seas sincero? ¡Mentira!

9-Nos gusta que no vayan al grano.
Cuando se trata del sexo, nos gustan los preliminares. Eso no significa que no haya encuentros sexuales más cortos y otros más largos, pero en la medida de lo posible nos gusta que se entretengan en alguna de las muchas zonas erógenas de nuestro cuerpo antes de empezar la penetración.

Conclusión: Un hombre que no practica juegos y preliminares eróticos es un obrero del sexo. No tiene arreglo.

10-Nos gusta que nos comprendan en la cama.
Habrá veces que no nos apetezca practicar sexo. Eso les pasa a ellos también y, sobre todo, es algo que no tiene por qué ver con la otra persona. La clave aquí es que nosotras tengamos la confianza de hablar con ellos y decirles por qué no nos apetece y que ellos, por su parte, sean comprensivos y lo entiendan.

Conclusión: Dos no bailan si uno no quiere, viene a decir esto. La cuestión es quién elige la música y el momento.

11-Nos gusta nuestro espacio.
Un poco de espacio de vez en cuando es necesario para ambas partes de la pareja. Días en los que él quede con sus amigos y tú con los tuyos por separado, no solo es bueno para ti y tus amistades sino también para tu relación. Estar juntos a todas horas te puede crear una sensación de dependencia a él nada positiva.

Conclusión: Ella quieren ser tu prioridad. Que te des cuenta de todo. Que te esfuerces en complacerla. Que seas sincero y maduro y “CUANDO A ELLA LE PAREZCA BIEN” quedes con tus amigos (si es que todavía te ha quedado alguno)

12-Nos gusta que sean colaborativos.
Hombres y mujeres somos iguales. Si nosotras podemos fregar, ellos también. Si nosotras podemos poner la lavadora, ellos también. Y así con un largo etcétera. ¡Fuera machismos y a repartir las tareas del hogar!

Conclusión: Lógico. Razonable. Justo. Pero ¿quién reparte las tareas del hogar? Y sobre todo; ¿quién fiscaliza?

13-Nos gusta que pidan perdón.
¡Basta ya de ser orgullosos! Una persona que sabe pedir perdón cuando se equivoca, gana muchos puntos con nosotras.

Conclusión:
¿Y ¿Quién dice cuándo alguien se equivoca? ¿Y si el ofendido fuese el que está equivocado?

14-Nos gusta el humor inteligente.
Normalmente, el humor escatológico, los chistes con alto contenido erótico o las bromas pesadas, no es la forma en la que nos gusta divertirnos. Preferimos el humor inteligente, irónico, fácil (también valen chistes malos), absurdo e incluso más canalla, ¡pero sin sobrepasar límites!

Conclusión: Ellas parecen conocer los límites para el humor absurdo y canalla, pero ¿y el alto contenido erótico?

15-Nos gusta la higiene.
¿Y a quién no? Aliento fresco, duchas diarias, desodorante, perfume… ¡Que no se le escape ni una!

Conclusión: Sin comentarios.

16-Nos gusta que tengan personalidad.
Nos gustan los hombres que tienen personalidad propia, sus propias ideas y su propia forma de ser. Incluso los hombres con carácter que se rebelan contra las cosas que no les gustan y que son capaces de argumentar sus enfados con motivos de peso.

Conclusión: A los tipos a los que les exigen los cosa “en un listado”, les piden también, que tengan “su propia personalidad, ideas y forma de ser” “hombres con carácter que se rebelan”. No es posible un grado de neurosis más insoportable.

17-Nos gusta que tengan memoria.
El año tiene 365 días. Y solo hay un par de fechas importantes que recordar: aniversario y cumpleaños. Qué le vamos a hacer… ¡Nos gusta que sean los primeros en felicitarnos!

Conclusión: Nadie es culpable de “no recordar”. La gente desagradable suele ser muy memoriosa; recuerda con todo lujo de detalle los errores que cometen los demás. Tal vez sea más justo juzgar a alguien por sus actitudes cotidianas que por su memoria.

18-Nos gusta que nos respeten.
Una relación sin respeto mutuo no tiene ningún tipo de futuro. Si no respeta tus opiniones, si te culpa de sus problemas, si te levanta la voz, te habla mal o te insulta, déjalo cuanto antes.

Conclusión: Sin comentarios.

19-Nos gustan las sorpresas.
Si se acercan las Navidades, el aniversario o un cumpleaños, nos encanta que preparen alguna sorpresa: cena y vino, escapada romántica, spa para dos… ¡O todo junto!

Conclusión: También a los hombres nos gustan las sorpresas. Pero no las exigimos.

20-Nos gusta la creatividad.
Pinterest será su tabla de salvación. Puede tomar ideas de regalos creativos cuando se acerque nuestro cumpleaños para que no terminen comprando el perfume de siempre o alguna prenda random en una tienda de ropa. Y es que las mujeres preferimos los pequeños -pero cuidados- detalles antes que cualquier regalo aleatorio que le haya costado mucho dinero.

Conclusión: Otra exigencia más a la larga lista. “Creatividad”. ¡Hay que joderse!

21-Nos gusta que nos cocinen.
Nada nos gusta más que ver a un hombre en la cocina.

Conclusión: ¿Y un hombre en el ordenador escribiendo una novela? ¿O un hombre sentado en el sofá leyendo un libro? ¿O un hombre jugando con sus hijos?

22-Nos gusta que nos necesiten.
Nos gusta que nos digan que nos echan de menos a los cinco minutos de haber terminado la cita o sentir que son plenamente felices cada vez que nos ven y están a nuestro lado. Y es que cuando uno está enamorado, no hay nada como sentir que los dos os compenetráis a la perfección y no queréis pasar ni un segundo sin el otro. ¡Eso es amor!

Conclusión: La neurosis total queda manifestada en esta última exigencia: Que la eches de menos a los cinco minutos y estar plenamente feliz cada vez que la ves. Esto no hay terapia que lo arregle. Ésto que ellas llaman «amor», cuando lo piden ellos se llama «acoso». ¡Hay que ver cómo cambia el concepto según el género que lo provoca!  

Amigo: Todas estas exigencias no encajan sino dentro de un modelo de relación en el que un cierto tipo de mujer determina de una manera arbitraria y estúpida  las cosa que son importantes en la pareja. Si solo fueran  22 exigencias podrías incluso arriesgarte a complacerlas todas, pero lo impreciso y vago de muchas de ellas  garantizan una cantidad casi infinita de reclamaciones, porque cuando una mujer dice que le gusta que te esfuerces, nada te salvará de que ella te exija un esfuerzo constante para lo que seguramente tu voluntad no alcance. Cuando una mujer dice que le gustan los detalles, te advierte que estés vigilante incluso en aquellas cosas que tal vez tú ni percibas, porque los hombres somos todos propensos a los olvidos, lo que nos acerca más al perdón, afortunadamente. Cuando una mujer te pide que seas sincero, maduro y la tengas a ella como tu prioridad y que la necesites siempre, nunca sabrás qué significan todas esas cosas, aún incluso creyendo profundamente que lo sabes. No lo sabrás. Ni tú ni nadie. Tú solo puedes amar, cuidar, respetar, atender y complacer a tu pareja con tus propios deseos, tus propios valores, y sobre todo con tus propias imperfecciones. Ninguna relación sana empieza con una lista de exigencias que el otro debe cumplir.

Los hombres que hacen falta, estas mujeres no los quieren, y las que los quieren los necesitan urgentemente. Estas últimas son mujeres  generosas, tranquilas, observadoras, no hacen listas, son listas y necesitan compañeros no esclavos sumisos. Estas mujeres están ahí, esperando durante siglos al hombre que hace falta. Nosotros, los hombres que luchamos por la igualdad, queremos estar con esas mujeres, esas son las mujeres que queremos amar.

 

 

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