CUENTO.
La bailarina de la caja de música se ha hecho vieja. Cuando abro la caja me la encuentro sentada con los brazos apoyados en sus muslos mirando hacia abajo; cansada; triste. Tiene el pelo blanco. Su rostro no se ve. Una imagen llena de hartazgo impregna de soledad el espejo que hay tras ella. Si le doy cuerda, entonces, puedes oírla sollozar.
Cuando compré esa caja de música, hace…..muchos años, una bella bailarina giraba su finura en rutilantes fouettés. Ignoro por qué se ha hecho vieja. Tal vez me esté volviendo loco. Por otra parte, cada noche, cuando me voy a dormir, siento que una tapa gigante se cierra sobre mí. En la oscuridad solo veo errores y desencantos. Siento que algo fuera de esa oscuridad le está haciendo cosas a mi vida que no puedo controlar. Igual que a la bailarina.
Ocurren cosas inconcebibles cuando lo que no te deja dormir es la tristeza.