Cuando veáis a un hombre huyendo despavorido sin apenas mirar hacia atrás, es muy probable que se haya cruzado con “algún compromiso”. Es curioso pero los hombres pueden estar fanáticamente ligado a algo de por vida, pero tiene que ser fruto de una necedad. Cuando un tío dice que se siente muy comprometido con algo, ya puedes apostar que (en general) no será nunca una mujer. El sentido de compromiso, para la mayoría de los hombres, por otra parte, tiene ciertas singularidades, como por ejemplo, el botón de pausa. Ellos están comprometidos hasta que un imponderable posterga el compromiso por tiempo indefinido. Se sabe que mientras más estúpido es alguien más urgentes son sus banalidades.
La frase “yo no quiero problemas” pronunciada por una mujer significa “eso”, pero pronunciada por un hombre significa “no quiero compromisos”, porque los hombres sí quieren problemas, pero quieren elegirlos ellos, y los compromisos normalmente te los elige otro.